Un llamado... Tres Peticiones.

Deseo, a través de estas líneas, hacer un llamado. Éste llamado es a tres temas relacionados y dependientes entre sí.

El primer llamado es a trabajar. Lo peor que nos puede pasar como juventud, fuerza dinámica de la Iglesia, es la inactividad. Y tenemos mucho por hacer. Tenemos varias actividades por delante en nuestro calendario. En estas actividades esperamos contar con una gran cantidad de jóvenes y señoritas, dispuestos a presentar el evangelio del Reino a los que lo necesitan y para gozarse en la presencia del Rey de reyes, Jesucristo. Pero también, existe una serie de actividades extraprogramáticas, en la que la juventud puede trabajar. Tenemos el Coro Juvenil, el Taller de Creatividad Cristiana, Pasión de Multitudes (ex Jóvenes en Acción), la Escuela Bíblica Juvenil, la Revista “El Despertar Juvenil” y prontamente el Preuniversitario Popular. Ante esto, resuena vigente el clamor de Jesús: “la mies es mucha, mas los obreros son pocos”. Disponte a trabajar, con tus dones y con toda la fuerza de tu corazón, para la gloria de Cristo y para la edificación de Su Cuerpo, la Iglesia.

El segundo llamado es a la excelencia. Como siervos del Maestro de Galilea, tenemos la importante tarea de dar lo mejor de nosotros a nuestro Señor. Se hace necesario, entonces, contar con la plenitud del Espíritu Santo en nuestra vida, para que nuestro servicio también sea pleno. Oración, lectura de la Palabra, entre tantas otras cosas, que son parte de nuestra comunión con Cristo, deben permanecer en nosotros. Sólo el poder del evangelio y del Espíritu Santo nos cambia, y nos cambia para bien.

El llamado final, es a la solidaridad. En una ocasión, el filósofo francés, Jean Paul Sartre señaló: “La solidaridad es una virtud del género humano, que permite a los hombres que la practican manifestar el amor a sí mismos y a sus semejantes, ofreciéndose a estos en los momentos de angustia, de desesperación o de necesidad, para ayudarles material y espiritualmente a reconquistar el bienestar perdido y a olvidar el agravio recibido”. Luego de entender la solidaridad, quiero señalar con mucho respeto y amor, que este llamado es a la Iglesia, en su totalidad. Esperamos contar con vuestro apoyo constante, con sus consejos, con sus oraciones, con sus críticas (las constructivas, por cierto). Todo esto es para que podamos mejorar, crecer e ir de gloria en gloria. Pero no podremos crecer, si mantenemos visiones sesgadas o equivocadas acerca de nuestro Departamento. En nuestra autocrítica reconocemos nuestros muchos errores, pero sabemos que no han nacido de nuestro sano propósito. Pero también sabemos que hemos mejorado, y que día a día nos hemos ido perfeccionando. Y no por nuestras fuerzas ni por nuestras capacidades (intelectuales o laborales)… para nada… nada de eso cuenta en la vida de Iglesia. Si hemos crecido es porque el Todopoderoso ha estado, está y estará con nosotros como poderoso gigante. Pero ese crecimiento se estancará si no entendemos que nuestro trabajo es para la gloria de Cristo y la edificación de su Iglesia. La idea de que somos miembros de un solo cuerpo no debe apartarse nunca de nuestra mente.

Finalmente, quiero terminar con nuestro ferviente clamor: “No somos el futuro, somos el presente con Jesucristo”. Amén.


Hno. Luis Pino Moyano
Presidente Departamento Juvenil