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XX Convención Juvenil

sábado, mayo 13, 2006

El Predicador en el Púlpito

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” (2ª Timoteo 2:15; 3:16 – 4:2).

1. Su actitud ante el auditorio.

Respetuosa. Debe ser respetuosa, por el lugar que ocupa, por su misión (tiene un mensaje que entregar) y, porque el auditorio merece respeto.

Humilde. “…aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (San Mateo 11:29).

Reverente. Es reverente, porque representa los intereses divinos (“embajador”). Los asuntos que trata son serios y trascendentales.

2. Dominio de sí mismo.

El predicador debe tener confianza, seguridad y dominio propio y del auditorio. Esto se logra con:

a. Buena preparación.
b. Convencimiento de la importancia del mensaje.
c. Estar seguro de contar con la ayuda Divina antes de predicar.

3. Cómo Dirigir las partes del Culto.

El predicador no sólo debe preparar el sermón, sino todo lo que alude al servicio. Si así no fuera, en los servicios habrá desorden, confusión, mala dirección, lo que dará como resultado que las reuniones sean tediosas, cansadas, rutinarias y de escaso interés. Las diferentes partes a preparar del servicio, son:

1. Los Himnos: Deben escogerse previamente. Deben tener relación profunda con el tema del sermón. Debe anunciarse con claridad el número del himno, que todos lo oigan (Por Ejemplo: “Himno número 38, Cariñoso Salvador, Himno Número 38”). Se recomienda, que si el predicador tiene buena voz, él dirija el canto.

2. La Oración Pública: Se deben preparar los sentidos de la oración. Debe ser de ferviente piedad y poseer familiaridad con las Escrituras. Conviene que el predicador dirija la oración.

3. La Lectura Bíblica: La Palabra de Dios debe ser leída siempre con reverencia. Debe leerse correctamente. No se lean pasajes largos si no es necesario. Debe anunciarse con claridad.

4. El Sermón: Por regla general, no debe ser largo. Cada Sermón debe contener un solo asunto. Se debe hacer lo más entendible posible par todos.

5. La Bendición final: Debe ser corta y solemne. Puede emplearse una doxología bíblica (ejemplos: 2ª Corintios 13:14; Números 6:24-26). Conviene que el mismo predicador sea quien pida l bendición final.

Nota: Téngase presente, que los puntos 4 y 5, en cuanto al tiempo, pueden variar conforme a lo que el Espíritu Santo manifieste en el momento.

4. El Mensaje.

Es una elevada responsabilidad el entregar el mensaje bíblico. ¡Ay de aquél que no enseñe fielmente la verdad bíblica! Tres aspectos a considerar:

A. Su Naturaleza.

Debe ser un mensaje bíblico. “Así dice el Señor…”, es el mejor argumento.
Debe ser un mensaje Cristocéntrico. En torno al Cristo crucificado y resucitado debe girar todo el sermón (1ª Corintios 1:23; 4:5).
Debe ser un mensaje espiritual. “Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” (1ª Corintios 2:4,5).
Debe ser personal. Esto quiere decir, que tenga aplicación. Para poder aplicar, es necesario preguntarse: ¿Qué me quiere decir esto hoy a mí y a la Iglesia? Sin aplicación, la predicación carecerá de valor.

B. El Objetivo de su mensaje.


Enseñar.
Exhortar.
Conmover al corazón.
Invitar.

Todo esto debe tener como resultado el Cambio de Vidas.

C. La Ética del Púlpito.

La ética es una “parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre. Conjunto de normas morales que rigen la conducta humana” (Diccionario de la Real Academia Española). Los principios de nuestra ética están basados en la Palabra de Dios. ¿Por qué debemos enfatizar en la ética ministerial?

a. La trascendencia de nuestro oficio.
b. El mensaje que predicamos.
c. El desarrollo del evangelio depende mucho de la ética de sus heraldos.

En cuanto a esto se deben rescatar los siguientes puntos:

1. El Púlpito no debe ser usado para:

a. Descargar los disgustos, quejas y rencores del predicador.
b. Exponer las faltas de un individuo de la congregación y así castigarle públicamente (debe corregirlo en privado, Mateo 18:15-17; Gálatas 6:1).
c. Traicionar las confidencias de las personas.
d. Criticar a miembros de la congregación, colegas en el ministerio y otras iglesias cristianas, incluso la católica.
e. Chismear.
f. Promover partidos políticos.
g. Jactarse de sí mismo.
h. Predicar innovaciones a las normas de fe de su Misión o Corporación.

2. El púlpito debe ser usado para exaltar a Cristo, indicar el camino de salvación, corregir, edificar y consolar a los hermanos.

3. El predicador debe ser diligente en su preparación para predicar y enseñar, debe hablar la verdad con amor.


D. Recomendaciones Prácticas

a. Siempre lea la Palabra de Dios “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
b. Nunca diga que no es digno de estar en ese lugar. Cristo le ha hecho digno. Somos hijos de Dios
c. No haga sermones de los himnos. El predicador debe atenerse a predicar la Palabra de Dios.
d. No se alabe a sí mismo.
e. No cuente sus problemas a la congregación por medio de la predicación.
f. No dé “palos a las ovejas”. La predicación debe edificar, construir, sanar.
g. Trate de mirar a toda la congregación. Si no lo hace, hará pensar que está dirigiendo su mensaje sólo a un sector de la Iglesia.
h. No exagere los gestos y ademanes. Ninguna cantidad de gestos puede suplir la carencia de ideas.
i. No fabrique avivamientos por su propia cuenta.
j. Participe de todos los medios de gracia que le sean posible.
k. Tenga mucho cuidado con la adulación.
l. Cuide su lenguaje. No sea extremista, ni grotesco ni demasiado técnico.
m. Asista a predicar bien presentado. En primera instancia, “todo entra por la vista”.
n. Nunca pida disculpas por su predicación. Si lo hace, echa a perder todo lo predicado.
ñ. Al bajar del púlpito, debe mostrarse cordial y cortés con todos. Salude a cuantos pueda con sonrisa agradable, sin olvidar la seriedad de su cargo. No se olvide de los niños.

“¿Qué es lo que estorba la obra? Yo considero que la primera y principal causa somos nosotros. Si fuéramos más santos de corazón y de vida, totalmente consagrados a Dios, ¿no arderíamos todos los predicadores y propagaríamos este fuego con nosotros por todo el país” (Juan Wesley).

Estimado Hermano Predicador:

Qué Dios le bendiga y ayude en su función como enseñador, estandarte y baluarte de la Verdad, guardián y preservador de la fe.



BIBLIOGRAFÍA.

Anderson, Justo. Manual de Homilética para Laicos. (El Paso: Casa Bautista de Publicaciones y Asociación Bautista Argentina de Publicaciones, 1993).

Broadus, Juan. Tratado sobre la Predicación. (El Paso: Casa Bautista de Publicaciones, 1993).

Hoff, Pablo. La Ética Ministerial. Material entregado en el Panel de Ética, del Seminario para
Pastores y Lideres, efectuado por el CENACH, en Santiago, el 11 de Agosto de 2001.

Pino Moyano, Rodrigo. Serie de estudios: Desde el Púlpito al Corazón. (Inédito). Apuntes de los Estudios realizados al Cuerpo de Jóvenes Solteros de la Iglesia de Puente Alto, desde Mayo a Julio de 2003.

Spurgeon, Charles. Discursos a mis Estudiantes. (El Paso: Casa Bautista de Publicaciones, 1996).

Treviño, Alejando. El Predicador: Pláticas a mis Estudiantes. (El Paso: Casa Bautista de Publicaciones, 1987).

Varios Autores. La Brújula para el Ministro Evangélico. (Miami: Editorial Vida, 1979).

2 comentarios:

go0onzalo0o dijo...

ola soy un chavo que apenas acaba de conocer la divina gracia del señor y que asta el día de hoy sigue adelante:..mi interés es que como soy nuevo un cristo Jesús me siento impulsado a querer predicar el el templo, ya habiéndoles predicado a la gente del mundo mi inquietud es que quisiera predicar un la congregación donde radico a los jóvenes o en general sabiendo la carga y responsabilidad que implica la misma. quisiera saber que temas hablar y como preparar un buen sermón respaldado por el espíritu santo para que la palabra tenga eficacia en las vidas y en los corazones de los demás congregantes para ellos así como yo no solo sean oidores sino hacedores de la palabra....
sin mas que dicir por el momento les dejo mi correo para que me puedan capacitar
go0onzalo0o_18-DTB_gz@hotmail.com
espero me respondan para que así el reino de los cielos se expanda por todo el mundo a través de la palabra de DIOS...
DIOS LES BENDIGA..
att: GONZALO DANIEL QUEN MARQUEZ
iglesia: bet-hel
Hecelchakan, Campeche
México.

Ismael Pérez dijo...

Que bendición leer esto o sea de la ética del púlpito apena empiezo a predicar en los púlpitos y que Dios me ayude, estudie en el instituto pero me falta la práctica de hablar,como dijo alguien se me olvida el filósofo "saber no es sinónimo de saber expresar" gracias por esta buena información